Para Yorik Piña, mi profesor, y sobre todo Mi Maestro.
Desde hace mucho tiempo lo vengo conociendo, mis afanes por las luchas y estudiantiles en el Liceo del Arco, y esto me llevó a su Colegio en un casón de la Santiago Peguero y ahí comencé a tratar a este hombre; todo de lleno de esperanzas y de convicciones; parece que fue concebido entre los augurios de las estaciones. El trata de hacer de los tiempos una correría, de una secuencia de pasos para lograr objetivos.
Cuantas veces lo he visto envuelto en sueños, nada extraño ni aventurero. El no puede hacer otras cosas. Nació para eso, cada día, que no sea comprometerse, a ponerse de frente, cual si fuera nuestro Quijote con los absurdos y los errores que la sociedad va generando y dejándolos, al brinco de las cabras. Estos, mañana se convierte en la parte sustancial de los problemas que nos ahogan y que van creciendo como espiral sin freno ni limites.
No es una jactancia, ni por el deseo de usar una coba para reconocer su valía. Si nos ponemos en los mismos lineamientos, entre ese hombre, con José Rocha (EPD), Danilo Hernández (EPD) y yo, no existían esas diferencias insalvables, ya que sintonizábamos en otros niveles de la preocupaciónes sociales y políticas; asuntos de visiones y de los métodos diferentes para ver la realidad que nos aplastaba y que nos llevaron a este callejón sin salida. Ahora siempre le reconocimos su autoridad, que Él estaba en el timón y nosotros éramos parte de esos alumnos que cada día formaba.
Y dije locuras, si así lo sentimos en uno de sus proyectos, y fue como unos de esas señales, que alguien en su momento quiso ponerle para frenar sus ímpetus, cuando ocupaba la Gobernación Provincial. No; Herminda Prat de Gómez, No, y excúsenme que la llame a esta cita con mis recuerdos, porque desde el momento en que hablamos con Usted en su Casa de la Anacaona en busca de su apoyo, sobre el Proyecto de viajar a Venezuela, y ese monstruo tal se le reflejó en su rostro, y que tanto la alborotaba a usted y otras camarillas de sus mismas cofradías; hoy Él ha podido sobrepasar los tiempos y los muros de contenciones, y sin dejarse atrapar, y se mantiene firme en la creencia de que son con los mejores aportes, aunque pocos, con los que podemos llegar cada vez más lejos.

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