
Como un acto bochornoso calificamos el que estudiantes de la Escuela Primaria “Fidelina”del distrito Municipal de La Guazara, tiraran la comida que iba a ser servida en el almuerzo escolar del referido centro educativo, en un lugar con muchas precariedades.
Entendemos que si la comida es de mala calidad, existen muchos métodos de protesta que van desde “no comerla hasta invitar al Ministro de Educación a compartir ese “suculento manjar”, para que así se le ponga inmediata atención a este delicado asunto.

Los estudiantes tienen todo el derecho de rechazar los alimentos que se le sirven y entendemos que tienen derecho a recibir alimentos de calidad nutricional, pero entendimos que botar la comida en la forma en que los niños y jóvenes lo hicieron es un acto Feo que nos avergüenza a todos.
Estoy totalmente de acuerdo con esa percepción. Me parece que los estudiantes sin un apoyo del personal docente no lo hubieran hecho. Es una forma de los maestros lograr lo que quieren escudándose en los alumnos. Entiendo que están cuidando su empleo, que dicho sea de paso es muy difícil de conseguir en esa región. Lo entiendo. Pero lo que no entiendo es que el personal que esta llamado a ayudar a los padres en la formación de sus hijos acepten, permitan, una conducta de esa naturaleza. Era mejor promover por abajo (para cuidar el empleo) o abiertamente a que los estudiantes compartan esos alimentos con los habitantes en pobreza extrema aduciendo que no tienen buena calidad. Los de pobreza extrema lo van a aceptar cual filete pues no tienen nada que comer. Es un abuso. De esta manera estamos formando hombres y mujeres en el despilfarro y hay si alguno de ellos , en el futuro cercano, llega a la carrera política. Ya nos debemos imaginar por donde enrumbarán al país.
En mi libro «Programa De Reeducación Para Jóvenes traviesos se hace un análisis de cuales son las instituciones que generan delincuencia. El análisis arroja el siguiente resultado: El hogar y la escuela.
No quisiera pensar que este acto lo protagonizaron los estudiantes de motus propio. Entonces la cosa es peor. Es una escuela sin liderazgo docente. Los maestros deben ser co-padres de sus alumnos. La buena comunicación y la actividad formativa, por amor, hace que los alumnos obedezcan, respeten, admiren a sus profesores. Si eso no es así, entonces la escuela anda mal, muy mal.