por Rafael Matos Féliz
He oído (sin dejar de asombrarme) a “comunicadores” y a “ciudadanos” decir, con la voz en cuello y como un axioma que no necesita demostración, que “el que no tiene dinero para candidatearse que ni se le ocurra hacerlo”, y yo le añado a eso la siguiente conclusión lógica “porque aquí solo gana el que sale a dar cuartos y a corromper y a prostituir la moral de los ciudadanos”. Esta última expresión es algo que a los “comunicadores” y “ciudadanos” adulones les gusta y callan, pero que queda tácitamente expuesto en sus aseveraciones.
Quisiera en este momento hacer una parada y analizar esa aberrante y oportunista “filosofía comunicacional y ciudadana”. Al parecer, para esos amigos, la degeneración moral de la sociedad no importa y eso es lo que hay que hacer, lo que les importa es si ellos logran algo del pastel de las dádivas y compraventa al por mayor y al detalle y se ponen donde el corrupto, ¡oh perdón!, donde el capitán los vea.
El inmoral corruptor de conciencias, sabe muy bien que aunque tenga dinero, él no puede convencer a la ciudadanía de su “bienhechora personalidad e imagen”; por lo que busca en el estercolero social a los amigos indicados anteriormente, para que se encarguen de esa miserable y repugnante labor.
Lo más indigno de todo esto, es que los adulones y perversos pagados (y pocas veces gratuitos) se quieren presentar ante la opinión pública como personas “honestas”, “decentes” y hasta “preocupados por la sociedad”. En sus pobres maquinaciones y amueblamientos cerebrales, ellos creen que se las arreglan para, no solo pasar a los corruptos como buenos sino que de paso, ellos mismos los son. ¿Ustedes han visto al diablo?
Como yo soy de poco raciocinio y además rayo en la idiotez con mis planteamientos, me permito hacer la siguiente comparación:
En estos últimos días, la sociedad decente dominicana (que es la mayoría) ha sido conmovida en sus raíces morales más profundas, con los casos de la dotación policial y de la DNCD en Hato Mayor y de la DICAN en Santo Domingo. Asumiendo que las cosas son como se han denunciado, entonces estamos frente a terribles y bochornosas lecciones para la sociedad toda.
Personas pagadas por los contribuyentes a través de una institución del Estado para combatir las lacras y males sociales referidos al tráfico de drogas, en lugar de realizar una labor tal cual lo indica su investidura, lo que hacen es todo lo contrario y se dedican a dañar con sus actuaciones a toda la sociedad, que al parecer para esos señores, la sociedad y la nación dominicana son una buena M…..
Entonces para qué sirven las escuelas, las universidades, las iglesias, los clubes, las asociaciones, las juntas de vecinos, las emisoras, los periódicos, la ciudadanía, las instituciones de control y represión, en fin, todas las entidades que se han conformado para crear una sociedad y una nación, con el objetivo supremo de construir un ciudadano decente, solidario y preocupado por el bien social y colectivo y propender hacia un desarrollo que mejore la calidad de vida de todos. Son esas preguntas que dejan en el aire los de la DICAN y de la DNCD y que debemos todos responderlas.
Ahora vuelvo al inicio de este comentario, es decir, a los que prostituyen y corrompen la moral de los ciudadanos para lograr alzarse con una función comprada y aquellos que les sirven de testaferros y agentes pagados para esos fines. Yo pregunto: ¿Existe alguna diferencia entre la actuación de la DNCD y DICAN y los compradores de conciencia y de los comunicadores y ciudadanos pagados por esos corruptos con relación al desprecio por la sociedad?
¿No están los dos grupos de personajes diciéndole a la sociedad y a la nación que son dos buenas M…? Los primeros nos quieren enseñar que eso de control de drogas es puro disparate y que lo que hay que hacer en venderlas y sacar cuartos. Los segundos nos quieren enseñar que eso de tener moral y ser decente es otro disparate, que lo que hay que hacer es cogerles cuartos a los corruptos y prostituirse.
¿Tienen moral y vergüenza los de la DNCD y la DICAN para criticar a los corruptores de conciencia y a los comunicadores y ciudadanos que se venden al mejor postor que los compre? ¿Tienen moral y vergüenza los corruptores y comunicadores y ciudadanos pagados para criticar a la DNCD y DICAN por cogerse las drogas y venderlas?
Sin embargo, amigos lectores, he llegado a escuchar a comunicadores y ciudadanos criticar en forma feroz y frontal a aquellos, dando a entender que les molesta esa forma inmoral y criminal de actuar frente al narcotráfico, pero a algunos de estos no se les puede tocar con el pétalo de una rosa con su actuación frente a la prostitución moral y a la compra de conciencia. ¿Doble moral?, ¿Cero moral? o ¿Sinvergüenzas?
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