
Mayo 27, 2014
Señor
DAVID RAMIREZ
Columnista de
«EL BIRAN»
New York.-
Distinguido Joven Periodista:
Reciba afectuosos saludos de consideración y alta estima.
He leido complacido su interesante trabajo de investigación, que se concreta al tema de los orígenes y posible nacimiento de Barahona como pueblo. Un trabajo bien llevado, que entiendo es planteado sin el interés de herir subceptivilidades ningunas; sin embargo, debo sugerirle que aunque acepto como bueno y válido el enfoque de la fecha señalada, 12 de septiembre 1881, es decir: 79 años después que los historiadores barahoneros por usted citados, dieran como punto de partida para afirmar que los verdaderos orígenes en torno a la fundación de Barahona se circunscriben a la por ellos apuntada que es la del 1802 , aunque usted afirma categóricamente que no existe ningún asidero para concordar tal conclusión. Me remito a los hechos planteados por usted.
Bien, señor Ramírez, es justo observar que desde 1802 al 1881, transcurre un tiempo conserablemenmte trascendente en la vida de toda una comunidad, como en la biológica de todo ser humano. Tiempo en el cual se han sucedido una serie de acontecimientos, que si bien es cierto, no determina la fecha exacta de que se produjera la unificación de núcleos en torno a un concepto de pueblo, no es menos cierto, que si analizamos el desarrollo coherente de la dinámica de ese conglomerado, tendríamos como resultado un perfil definiendo costumbres, hábitos y dando como resultado un carácter y una fisonomia propia que es lo que nos da categoría de identidad como pueblo y en este caso que nos ocupa, Barahona. Eso parte de una base. Esa base son los orígenes que dicen, cuándo se tomó la determinación; los núcleos de darse una vida en mancomunidad. ¿No es cierto?. Entonces, tenemos como premisa que existe razón para poder asegurar, sin ambaje, que los inicios de Barahona si no son los del 1802. Por ahí andamos muy cerca. !Ah!. Que no tenemos documentación ni otros elementos de juicios de corte científico para asegurar tal cosa, es posible. Pero tampoco podemos descartar del todo tal posible acierto.
Debo apuntalar que ese transcurrir lleva al hilo 79 años. Para caer al 12 de septiembre del 1881 y que nos tomaran en cosideración para emitir el decreto #1959, debió existeir, como al efecto fue, una pujante y definida comunidad que se había dado el derecho de llamarse barahoneros. Ya era una comunidad adulta. Enteramente entregada a una unidad de acción en busca de una definición y exigiendo un reconocimiento generalizado que avalara su razón de existir.
La fecha que usted sugiere para que se tome en consideración como punto de partida para concluir en que la misma es la socorrida para la fundación de Barahona, no es una sugerencia original. Pues en una de sus obras ya el Dr. Wilson Gómez, que usted no cita, la planteó como la verdadera fundación de la Provincia. Y es correcto, totalmente cierto. Sí, nos separamos de la Provincia de Azua de Compostela de donde fuimos municipio para ser todo lo que usted señala que obtubimos y somos. Y no tan sólo el historiador Wilson, si no que arroja luz el munícipe Don Angel Augusto Suero (Don Negro) escritor y novelista; Don Eliseo Damiron, intelecual de fuste; Doña Flérida de Nolascos, investigadora, especialistas en temas del folklore; el Dr. Cuello, quienes de una u otra forma se refieren a los orígenes de la fundación de Barahona, Santa Cruz de Barahona. Cada quien en formato y tonos diferentes. En apuntes basados en lo oral; pero sin menoscabo a la verdad demostrable siguiendo, como lo hace un investigador serio, ampliando las coordenadas de una metología propia al caso y encontrar puntos concordantes que robustezcan ciertamente la veracidad de los hechos.
En la actualidad la inquietud intelectual de barahoneros en torno al tema es brillante. Ahí tenemos el trabajo oportuno del economista Lic. Virgilio Gautraux Piñeiro, el del Sociólogo Joaquín Pelaez y el elaborado aporte de los historiadores por usted citado, sin dejar de lado los que a través de allende los mares tenemos en la diápora de los Estados Unidos y Europa por solo citar estos puntos geográficos. Es amplia la preocupación que me abruma, solo el intentar tratarla. Así es que, el planteamiento traido oportunamente por usted, nos deja un viento agradable para seguir navegando en la barca que nos hemos subido. Esperamos llegar a buen puerto, seguros y edificados. El trayecto no está excento de tempestades y fuertes vientos a babol y a estribol; pero no escapamos de mar en calma y sol radiante, despué de los nubarrones.
Es bueno alimentar este tipo de trabajo, porque nos dice que estamos ocupándonos como núcleos de familias en saber nuestros orígenes de manera fehaciente. Saber hacia donde vamos con las lecciones aprendidas. Buen trabajo. Adelante. Su ocupación es genuina.
Reciba el agradecimiento a ésta. Muy amable. Gracias.
Justo Manuel Luperón Féliz
Frank Adolfo
Dejar Comentario